Cueva Ciloña


Punto de partida: La Hermida.
Desnivel: 900 metros.
Dificultad: Iº.
Los senderos, muy abandonados, presentan tramos en que es fácil perder su rastro.
La Cueva Ciloña es la más renombrada del Desfiladero de La Hermida. En contraste con las escarpadas laderas de este desfiladero destaca la bonita vaguada del Llano Agero: camperas, bosque y una bucólica majada. El descenso se realiza por la Canal del Agero, por donde serpentea un camino de vacas. Un bosque de encinas y las verticales caídas del Cueto Agero constituyen el hermoso marco en que

se encuadra el pueblo de Allende.
A vista de pájaro, la Torre de Linares y la Iglesia mozárabe de Lebeña.



La Hermida -Cueva Ciloña
En La Hermida se coge la hormigonada carretera que sube a Bejes. Al llegar a Los Mollares se enlaza con el sendero que remonta por la Canal de Pebe.
Los Mollares es la zona en que la carretera pierde ímpetu. Precede a la curva que da acceso al d
esfiladero del río Corvera, una profunda garganta que la carretera atraviesa en llano a gran altura sobre el cauce del río. En este tramo, la bolsa de aire formada por un alud, desplazó a un vecino de la pista de Bejes, depositándolo en la ladera contraria. Un paseo de parte a parte del desfiladero sobre un colchón de aire.
En Los Mollares se conserva una cabaña a la que suben frecuentemente un pastor de La Hermida y su mujer. Al lado opuesto de la carretera, en una explanada, arranca el sendero que comunicaba con Bejes por la Canal de Pebe.
La Canal de Pebe une Los Mollares con el Collao que da nombre a la canal. Devolando al Oeste se encuentra uno de los dos ba
rrios de Bejes. El sendero que remonta toda la canal se va perdiendo por el desuso entre la maleza. Aún se conserva muy marcada la desviación donde se coge la senda que lleva a la Cueva Ciloña. Mientras la principal sigue hacia la derecha, se ha de tomar la que se abre camino entre dos rocas.
Llega a una pequeña campera donde se ha instalado una torreta de la luz. Se s
ube por él para salir a otro prado, tan pindio como el anterior pero más grande. Por la parte superior izquierda se deja esta propiedad privada. Al otro lado del cierre, una difusa vereda se va abriendo camino entre espinos y maleza. Busca la base de una muralla rocosa que se divisa por momentos sobre la línea de bosquete que vamos atravesando, enlazando con el Sendero de La Escontrilla.
El Sendero de La Escontrilla, tanto más evidente cuanto más se acerca a la Cueva Ciloña, atraviesa a gran altura por la ladera izquierda del Desfiladero de La Hermida. Las especiales condiciones climáticas de este desfiladero favorecen el crecimiento de las encinas. Entre ellas apenas algún espino y escasos ejemplares de madroños. Una línea de postes de la luz, tumbados y carcomidos, acompaña el sendero en su aproximación a una amplia canal que se descuelga hacia el Deva. Sólo resta bordear el canto que la cierra para dar vista a la Cueva Ciloña.
Una hora y media después de la salida, nos encontramos con la increible CUEVA CILOÑA (740 metros), una caverna de dimensiones colosales (40 metros de ancho, 15 de altura y 30 de fondo), lugar de reunión de los pastores que años atrás frecuentaban estos lugares. Aún quedan algunos bolos de los que usaban para entretenerse en disputadas partidas de las que aún puede dar fe el amigo Rafael Caso, de La Hermida, a sus 77 años. En su interior, en la zona más oscura, se forman dos o tres pozas de buen agua.



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